La doctora Johanna Rivas recibe reconocimiento por su labor con niños con cáncer en el Caribe
La labor de la doctora Rivas no solo ha salvado vidas, sino también ha sembrado la semilla de la resiliencia y la valentía en innumerables familias del Caribe.
En el corazón de Santa Marta, donde la esperanza y el dolor conviven en los pasillos de una Unidad de Cuidados Intensivos, una mujer entrega su vida a una misión: salvar a niños con cáncer.
La historia de Johanna Rivas es la de una médica apasionada que, aun siendo madre, sacrifica tiempo con su hijo para darles a otros pequeños una oportunidad de vivir.
Desde su infancia, Johana encontró inspiración en las historias de su madre enfermera, quien con orgullo contaba cómo ayudaba a sanar a los pacientes.
"Yo veía esa cara de satisfacción, de gratificación de mi mamá. Yo decía, bueno, yo también quiero hacer esto, quiero experimentar esto", cuenta la doctora Rivas.
Esta vocación temprana la llevó a especializarse en pediatría y posteriormente en cuidado crítico infantil.
Su pasión por la medicina se consolidó durante su especialización, cuando participó en una reanimación exitosa en la UCI. "El ver que todos se fueron a ayudar a ese niño y que lo sacaron adelante, lo reanimaron y vivió y después de eso el niño salió de la UCI como si nada. Fue algo muy bonito", relata Rivas.
Y es que su trabajo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, por eso enfatiza en la importancia de la rapidez en el tratamiento de niños con cáncer.
"Un niño con cáncer se puede morir por una infección en cuestión de horas, porque mientras más rápido hagamos el abordaje, mientras más rápido hagamos ese manejo, el paciente va a tener una mejor expectativa de vida".
El peso emocional del cáncer infantil
Pero su mayor sacrificio no es solo profesional sino también personal, ser madre ha cambiado la forma de ver a sus pacientes.
"Cuando yo no tenía a mi hijo, digamos que uno trabajaba como en piloto automático. Cuando uno ya es mamá, se coloca en el lugar de esa mamá que está allí", explica Rivas.
Para muchas madres recibir un diagnóstico de cáncer infantil es devastador, pero la presencia de la doctora Rivas es un consuelo. La conexión entre médicos y pacientes es inquebrantable.
"Siempre digo, voy a hacer por él lo que a mi me gustaría que hicieran por mi hijo si en caso tal yo estuviera en esa situación.
La doctora Rivas encuentra su mayor recompensa en la recuperación de sus pacientes. "Cuando se van de la UCI me abrazan y me dicen gracias. Esto es una de las recompensas más grandes que puedo tener", afirma.
Y a esos niños que actualmente luchan contra el cáncer, les envía un mensaje inspirador: "Niños, ustedes no tienen la culpa de tener esta enfermedad, pero créeme que esto es con algún propósito. Tal vez para que ustedes les muestren a los niños que ustedes son fuertes, que son valientes, que nosotros podemos ser milagros en vida".
Johanna Rivas, una médica, madre, heroína en el sacrificio por salvar a niños con cáncer y por su labor recibe el reconocimiento como mejor lideresa del Caribe en homenaje a la mujer Caribe 2025.